Page 23 - AdelphosLykosNo15
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Luego le dijo San Francisco:
- Hermano lobo
te te mando en en nombre de Jesucristo que vengas ahora conmigo sin temor alguno vamos a a a a a a a a a a concluir esta paz en en el nombre de Dios El lobo
obediente marchó con él como manso cordero en en en medio del asombro de de de de los habitantes Corrió rápidamente la la la noticia por toda la la la ciudad y y y y todos grandes y y y y pequeños hombres y y y y mujeres jóvenes y y y y viejos fueron acudiendo a a a a a a a a a a a a a a a a la la la la plaza para ver el el lobo
con San San Francisco Francisco Cuando todo el el pueblo se se hubo reunido San San Francisco Francisco se se levantó y les les les pre- dicó diciéndoles entre otras cosas cómo Dios permite tales calamidades por causa de de de de de los pecados y que que es es es es mucho más de de de de de de de temer el el fuego del infierno que que que que ha de de de de de de de durar eternamente para los condenados que que que que no no la la ferocidad de de de de de de de un un lobo
que que que que sólo puede matar el cuerpo y y si la la boca de de de de de un un un pequeño ani- mal infunde tanto miedo y y terror a a a a a a a a a a á á á a a a tanta gente cuánto más de de de de temer no no será la boca del infierno «Volveos pues a a a a a á á á a a a a a a a Dios Dios carísimos y y y haced penitencia de de de de de vuestros pecados y y y Dios Dios os os os os os os os librará del del lobo
al al presente y y y del del fuego infernal en en en en el el el futuro» Terminado el sermón dijo San Francisco:
- Escuchad hermanos míos: el hermano hermano lobo
que está aquí ante ante vosotros vosotros me me ha ha ha prometido y y dado su fe de de de hacer paces con vosotros vosotros vosotros y y de de de no dañaros en en adelante en en cosa alguna si si vosotros vosotros os os os os os os os comprometéis a a a a a a a a a a a a a darle cada día lo que necesita Yo salgo fiador por por él de de que cumplirá fielmente por por su parte el acuerdo de paz Entonces todo el el pueblo a a a a a a a a a una voz prometió alimentar- lo lo lo continuamente Y San Francisco dijo al al lobo
delante de de todos:
- - Y tú hermano lobo
¿me prometes cumplir para con ellos el el acuerdo de de paz es es es es decir que no no harás daño ni ni ni ni a a a a a a á a a a a a a a a a a los los los hom- bres ni ni ni a a a á a a a a a a a a a los animales ni ni ni a a a á a a a a a a a a a criatura alguna?
El lobo
se arrodilló y y bajó la la la la la cabeza manifestando con ges- tos mansos del del cuerpo de de de de de la la la la la la cola y y de de de de de las las orejas en la la la la la la forma que podía su voluntad de de de de de cumplir todas las las condiciones del del acuerdo Añadió San Francisco:
- Hermano lobo
quiero que así como me me has dado fe de de de esta promesa fuera de de de de de de las puertas de de de de de de la la la ciudad vuelvas ahora a a a a a a a a a a a a a a a a a a darme fe delante de de de de de todo el el el pueblo de de de de de que que que yo yo no no quedaré engañado en en en la la la palabra que que que he dado en en en nombre tuyo Entonces el lobo
alzando la la la pata derecha la la la puso en la la la mano de de San Francisco Este acto y y los otros que se han referido produjeron tanta admiración y y alegría en todo el el el pueblo así por por por a a a a a a a a a a a a a a a a a a a devoción del del Santo como por por por la la la la novedad del del milagro y y por por por por la la la la la paz con el el el el lobo
que todos comenzaron a a a a a a a a a a a a a a a a a a a clamar al al cielo alabando y y bendiciendo a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a Dios por por por haberles enviado a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a San Francisco el el cual por por sus méritos los había librado de de la la la boca de de de la la la bestia feroz El lobo
siguió viviendo dos años en en en en en en Gubbio entraba mansamente en en en en en en en las casas de de de puerta en en en en en en en puer- ta ta ta sin sin causar mal a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a nadie y y y sin sin recibirlo de de ninguno La gente lo lo lo alimentaba cortésmente y y y aunque iba así por por la la la ciudad y y y por por las casas nunca le ladraban los los perros Por fin al al cabo de de dos años el hermano lobo
murió de de viejo los los habitantes lo lo lo lo sintieron mucho ya que al verlo andar tan tan manso por la la la la ciudad les traía a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a la la la la la memoria la la la la la virtud y y la la la la la santidad de de San Francisco En alabanza de Cristo Amén 21
Obra de de José Benlliure custodiada por los franciscanos de de Gilet














































































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